VIAJANDO A UN DESTINO INTENSO Y BRILLANTE
Japón, junio 2023
Pedro Fleitas González
“La intensidad de los momentos vividos abrazan la propia dualidad asertiva. “
Llegamos a Japón el 13 de junio después de un largo viaje. Casi dos horas más de trayecto en carretera hasta llegar al hotel que se ha convertido en mi casa allá en estos últimos años, el Crest Kashiwa Hotel que actualmente está dirigido de manera magistral por la Señora Fujiki.
Al no tener la opción, en nuestro viaje, de conectar todos los vuelos desde las islas canarias, hicimos noche en Madrid, justamente el día 11 de junio. Esto nos dio la oportunidad de descansar y dar un paseo por la Gran Vía por la tarde haciendo una parada para tomar un delicioso café en la cafetería restaurante Salvador Bachiller, un espacio diferente, lleno de buen gusto y profesionalidad.
Ese día reímos como nunca. Tras el café nos fuimos al teatro edp gran vía para ver el magistral espectáculo “corta el cable rojo” que lleva 11 temporadas de éxito rotundo. Teatro de la risa y la espontaneidad. Creatividad pura e interacción con el público. Es un no parar de recordar todos los músculos que tenemos en el rostro y generar salud. Lo recomiendo sin duda alguna.
El día 12 de junio volamos a Tokio vía Londres. Primeramente, casi dos horas de vuelo hasta Londres y sobrevivir a la locura de aquel aeropuerto colapsado y que pone a prueba la capacidad de paciencia, velocidad, agilidad e inteligencia. Siempre viajar por Londres Heathrow es una experiencia y una aventura e incluso muy divertido.
Tras casi dos horas de retraso dentro del avión a Tokio (esto ya es una habitualidad) volamos durante 14 horas con japan air line (jal). Una compañía con un servicio maravilloso, una limpieza impecable y una cabina bastante cómoda y que convierte un viaje tan largo en algo muy agradable.
Tras llegar al aeropuerto de Haneda en Tokio nos dispusimos a pasar los controles pasaporte, recoger nuestras maletas y seguir hacia el control de aduana. El sistema de acceso al control de pasaporte y aduana tras la apertura del país nipón en octubre del pasado año ha cambiado enormemente, siendo muy fácil el acceso una vez se comprende el proceso. Se pueden introducir los datos en la visit Japan web previamente y así obtener un QR para facilitar las gestiones y realmente es todo muy funcional ágil lo cual se agradece.
Desde allí atravesamos Tokio. Como llegamos de noche las vistas desde el transporte eran preciosas, pasamos junto al Tokyo Sky Tree en Asakusa, junto a una comunión de luces y armonía. Tokio nunca duerme.
Llegamos al hotel, que en mi caso es como llegar a casa en donde siempre somos muy bien recibidos brindándonos un trato amistoso y familiar.
Una habitación maravillosa con vistas al sagrado Monte Fuji, muy cómoda y una limpieza de matrícula de honor. El hotel está situado en la ciudad de Kashiwa, justo enfrente a la puerta del hotel está la parada de los autobuses a los aeropuertos y a 5 minutos caminando de la estación de trenes de Kashiwa además muchos restaurantes, supermercados y otros negocios se agolpan a los lados del hotel, lo cual beneficia para el acceso a ciertas facilidades que hacen más cómodo la estancia.
En esta ocasión pude viajar con mi esposa y el viaje fue todo una experiencia diferente llena de intensidad y vivencias únicas.
Llegamos tarde en la noche el día 13 de junio y el día 14 visitamos a mi querido amigo el Sr. Sakura que dirige el restaurante italiano “Comesta” en la ciudad de Noda conocida por ser el epicentro de la empresa Kikkoman. Desde mediados del siglo XVII hasta mediados del XVIII, la producción de salsa de soja de las familias Mogi y Takanashi floreció en esta ciudad, en la prefectura de Chiba. Aquí nació Kikkoman.
Noda se encuentra en la llanura de Kantō, antiguamente una de las mayores zonas agrícolas de trigo y soja.
Pero además esta ciudad es el lugar de residencia y donde encontré por primera vez, en 1988 a mi Maestro, Hatsumi Sensei. En las inmediaciones de esta ciudad se desarrollaban los entrenamientos hasta que se fundó el primer dojo central justo al lado de la estación de tren Atago y que posteriormente se desplazaría unos metros casi en la misma línea del vial del tren.
Y como iba relatando, visitamos a mi buen amigo el Sr. Sakura en su restaurante que es un lugar increíble con una de las mejores comidas de la zona y un trato personalizado. Este restaurante, aparte de la maravillosa relación precio -calidad se caracteriza por que gran parte de su equipo son profesionales o amantes de la opera y se han formado en esta modalidad musical. Y durante el disfrute de la comida puedes apreciar sus habilidades.
Un fuerte abrazo para despedirnos y desde ahí caminamos hacia el templo shintoista Sarukuragi jinja. Un lugar de paz y tranquilidad ubicado entre un hermoso bosque. Es un lugar para hacer una parada y como no, para reflexionar de manera profunda y transformadora de como vivimos la vida propia.
El día 15 fue un día especial, ya que iba a reencontrarme con mi Maestro, la verdadera razón por la que llevo viajando a Japón desde 1988. Aquel encuentro con este visionario, artista y lleno de un excentricismo absoluto hace más de treinta años hizo que mi vida tomara otro rumbo. El día 15 primero nos encontramos con el Dr. Arsenio Sanz, catedrático de filología hispánica en la universidad de Kanda (Tokio), un amigo, compañero y hermano para luego juntos los tres encontrarnos con el Maestro.
Arsenio lleva viviendo en Japón hace más de 20 años. Un valiente, cuando llegó en aquellos tiempos donde la vida no era tan fácil como lo es ahora y ser extranjero en aquel país no era tarea sencilla. Hoy desarrolla su labor educativa en una prestigiosa universidad y es traductor e intérprete de Hatsumi Sensei desde hace más de 10 años, realizando una labor magnífica en beneficio de mantener vivas las enseñanzas de éste en nuestra lengua materna.
Cada vez que vuelvo a encontrarme con mi maestro mi alma expresa una alegría indescriptible. Es alguien tan especial, que con su sola presencia durante un minuto es como si hubieras entrenado en el dojo por 20 años.
Así que me encontré con viejos amigos que no veía desde el confinamiento, con Darren y su esposa de Australia. También con Masako que siempre ha estado muy cerca del Maestro en todos estos años haciendo labores de traducción y cordialmente disponible para ofrecer su ayuda, con el Sr. Niigata quien se encarga de los cuidados del Maestro y con el Sr. Iwata que conozco hace más de 25 años y con quien he pasado momentos únicos juntos en el tatami y fuera del tatami.
Ese día fue especial. No veía al Maestro desde febrero. Lo cierto es que la vida me ha dado las oportunidades de viajar a Japón durante el cierre del país en agosto del 2022, y posteriormente a la apertura, en noviembre 2022, febrero 2023 y ahora en junio.
Me siento un afortunado de poder aprovechar las oportunidades que aparecen y se crean de forma casi milagrosa. También me considero afortunado de poder tener el coraje y el valor de soltarlo todo y lanzarme a las aventuras sin miedos y sin apegos. Tarea nada sencilla en muchas ocasiones. Eso es algo tan especial, algo que se siente tan profundo. Me siento agradecido por ello y muestro mi gratitud a Hatsumi Sensei por haberme mostrado lo que está más allá del tatami. Es arduo, y lleva mucho entrenamiento y correcciones, pero es posible, les puedo asegurar que Si que lo es. ¡Hay que perseverar!
Una jornada llena de risas, juego, nostalgia, buenas compañías. Maravilloso!
En mi caso cada vez que vuelo a Japón es tener una sensación como si nunca me hubiera ido desde 1988. Ya no es continuidad sino estar vinculado de una manera que no puede describirse.
El día 16 tomamos el tren hacia Kamakura, casi dos horas. Es un lugar realmente hermoso y significativo a nivel histórico.
En la estación de Kamakura hicimos una parada en “chocolate Factory”, café de buena calidad, trato increíble. Sentados en una mesa llena de hortensias, unas flores hermosas. Probamos un “chupito” de cacao especial y puro para tomar energía para iniciar la caminata mientras interactuábamos con el director y equipo del local. Buenas gentes en todas partes.
Y desde allí caminamos hacia el Gran Buda de Kamakura. Es impresionante el encuentro directo con su mirada. El lugar estaba bastante concurrido aún el fuerte calor que nos recibió. En internet y otros medios puedes encontrar una gran cantidad de información sobre la zona y su relevancia. Solo he de comentar que esta estatura de 13,5 metros y de 93 toneladas es el segundo buda más grande de Japón y está ubicado en el templo budista Kotoku in. Se cree que este gran buda fue construido alrededor de 1252. Dado que el templo ha sido destruido en muchas ocasiones por tormentas, por tsunamis así que básicamente nos encontramos con una estatua superviviente y adaptada con múltiples remodelaciones y que toca a todos los que la visitan.
Desde el lugar donde nos encontrábamos nos desplazamos caminado hacia el templo de Hazeda. Precioso! Los jardines de Hortensia, las fuentes, la gran estatua de Kannon, las vistas de la bahía y playa de Kamakura. Realmente hermoso y recomendable. ¡Eso sí! No se de donde salía tanta gente. Estaba muy concurrido.
El día 17 de junio, viajamos de nuevo por casi dos horas en tren, pero en otra dirección. Esta vez visitamos a la zona de Hakone que es un parque nacional al oeste de Tokio y muy conocido por su lago, también por sus hermosas montañas y sus vistas idílicas del monte Fuji.
Allí decidimos tener la experiencia de la prueba de la Cascada. Con un grupo de profesionales y un reducido número de participantes de los cuales éramos los únicos extranjeros nos vimos inmersos en el Japón antiguo. Ropa blanca, caminando por el bosque y de repente, una vista inolvidable; una cascada de 23 metros de alto que ponía de rodilla a los más valientes.
Seguimos sus instrucciones entendiendo el poder y valor de esta experiencia. Seguimos sus pasos, escuchamos su japonés intentando comprender su comunicación no verbal y de repente nos vimos dentro de las frías aguas y resistiendo el golpeteo y caída del agua desde los 23 metros sobre nuestras cabezas.
Esto es una forma de meditación, una forma de mantener la calma en nuestro interior aun como sean las circunstancias externas. En este caso la presión del agua sobre nuestros cuerpos, mantener el equilibrio, no perder la conciencia hizo de esta experiencia algo especial. Realmente algo espectacular y que se queda” marcado a agua" dentro del corazón. Yo había tenido esta experiencia en Canarias y en Alicante años antes, pero la presencia de la cascada tan grandiosa, del espacio y del ambiente realmente te hacían entrar en un estado al que siempre gustaría volver.
Terminamos y volvimos a la estación para viajar por 90 minutos en esta ocasión en dirección a Akihabara, el distrito electrónico de Tokio. Un área turística donde se puede conseguir lo que desees de electrónica a unos niveles de oferta increíbles en cuanto a las posibilidades de obtener casi cualquier cosa que necesites.
Ciertamente la zona se ha adaptado a las nuevas tendencias y demandas, en este caso los video juegos y todo lo relacionado con ello.
18 de junio. Con un calor exagerado teníamos otro almuerzo con mi Maestro, estar junto a él es una experiencia que te abre a un mundo maravilloso de posibilidades. Una vez más con algunos otros amigos, el Dr. Arsenio, Yuri y yo pasamos unas horas mágicas y maravillosas.
19 de junio
Ese día teníamos una cita a las 9 de la mañana en Asakusa con el equipo del programa “Embajadores de Canarias para el mundo”.
Un día diferente, enriquecedor y divertido con un grupo de profesionales de primera línea. Casi doce horas de grabación. Mucho cariño y muchas risas y una experiencia inolvidable.
20 junio
Después de la gran intensidad del día anterior. El día 20 decidimos pasear por Sugamo. Este barrio es una visita obligada en todos mis viajes a Japón. Según entramos en esta calle de casi 800 metros podemos encontrar justo al inicio el templo Shinshoji. Este templo es comúnmente apodado Edoroku Jizoson Shinshoji porque aquí se encuentra uno de los «Edoroku Jizoson» o los seis Jizo guardianes de la antigua Edo. Es conocido por su gran estatua de bronce de un Jizo, deidad protectora de los niños y los viajeros. La estatua se encontraba al comienzo de la antigua ruta Nakasendo, una de las seis rutas que salían de la antigua Edo. Con su gran sombrero y su vara personal, este gran Jizo protegía a los viajeros que iniciaban el camino y les ofrecía seguridad en el viaje que comenzaban.
Ya adentrados en esta calle nos encontramos el templo Kōganji e que es un templo budista Soto Zen relativamente reciente, pues data del siglo XIX. El templo es especialmente famoso por su estatua de Togenuki Jizo, una de las deidades adoradas aquí y razón por la cual tanta gente mayor visita el barrio. Y es que se cree que este Jizo cura las enfermedades (togenuki significa literalmente «arrancar una espina»).
Es por lo que mucha gente mayor acude al templo Koganji y ofrece sus respetos al Togenuki Jizo para aliviar sus dolores.
Tiempo para una comida propias de la gastronomía japonesa y un buen café y seguimos caminando en “todas las direcciones”
21 junio
Este día nos esperaba otro almuerzo maravilloso con mi Maestro, el Dr. Masaaki Hatsumi. El maestro nació en 1931, actualmente tiene la edad de 92 años y aunque se retiró en el año 2019 y casi coincidiendo meses después con el cierre del país por la situación de pandemia mundial siempre estuvo dispuesto a recibir a sus alumnos más cercanos y así lo sigue haciendo cuando tiene la oportunidad.
Ese día acudieron personas muy queridas; Sayaka Oguri hija del fallecido Maestro Oguri Sensei buen amigo y bella persona que nos visitó en Canarias en varias ocasiones. Además, Hiromi con su esposo Rob, ambos compañeros de tatami durante años y su hijo Robbie, encantadores y que quieren mucho al Maestro. Solo es necesario ver como brillan sus ojos cuando están con él y el amor que desprenden. Además, ese día estuvieron presentes “personas de paz” como el Sr. Niigata, el Sr. Iwata y la Sra. Chinami, esposa de Niigata al cual llamo cariñosamente hermano mayor.
Ese día almorzamos en el restaurante italiano Italytei Nodashi Yamazaki cerca de la estación de Umesato. Su director, un viejo amigo es una persona muy cercana, servicial y amable. Sus opciones gastronómicas son amplias y de gran calidad. Pasamos un rato maravilloso riendo como una familia.
Y preparándonos ya para el día siguiente empezar nuestra vuelta a Canarias. Desde el aeropuerto de Haneda hasta Londres y desde ahí a Madrid donde pernoctamos para volar a Canarias al día siguiente.
Esperando el próximo avión…
Bendiciones y vida en plenitud son mis deseos para los lectores.
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